TU MIRADA
No tiene tu mirada sublime
ningún color definido:
todos los colores le pertenecen.
Durante el amanecer reside en la propia luz
y cuando la mañana avanza,
de la luz se dispersa en multicolores rayos.
Tu mirada, de brillantes átomos inexplorados,
viaja con la luz y en la luz se remansa;
no reluce esmeralda ni azul índigo,
ni en amaranto se transforma
conforme la tarde muere:
Ojos de color azabache al anochecer,
piedra oscura del cielo infinito
que palidece aunque vibra
su ardiente fuego en el interior.
Blog: "Regálate, regálale un Poema"
(J.L. Pacheco)
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