EL OXÍGENO DEL AMOR
Debiste
llamar a mi puerta
con
insistencia,
pero
yo ya no estaba.
Tuve
que salir precipitadamente
en
busca del amor,
que
como el oxígeno del aire
precisaba
tomar,
o
moriría.
Cuando
llegué,
triste
aún
-aunque
bastante recuperado-,
me
encontré con tu nota
que
decía:
"No
puedo darte
ni
un sólo gramo de mi oxígeno,
pues
lo necesito para sobrevivir.
El
amor nunca está a la venta,
sencillamente
se regala,
por
eso ahora
ya
no puedes disponer del mío"
J.L.
Pacheco
Comentarios
Publicar un comentario